La pobreza energética provoca la muerte prematura en de entre 2.300 y 9.300 personas, según datos aportados por el estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales.
Al contar con menos medios económicos y por lo tanto vivir en edificios deficientes desde el punto de vista energético, las familias con escasos ingresos tienen que hacer un uso mas intensivo de energía para calentar sus hogares ya que el calor se escapa, haciéndose en muchos casos inviable poder utilizar calefacción durante mucho tiempo porincapacidad económica. Estas personas acumulan retrasos en el pago de sus facturas, por lo que a muchos incluso se les llega a cortar el suministro de energía eléctrica.
El uso de calefacción en viviendas con escasa protección térmica produce problemas derivados de la aparición de mohos y hongos.
Hay que llamar la atención sobre el hecho de que no se trata solo de frío, ya que el exceso de calor en la vivienda también conduce a la pobreza energética. El hecho de vivir en este tipo de entornos además propicia el stress, alterando la salud mental de las personas.
De entre todas las medidas para luchar contra la pobreza energética, sobre todo ante la incertidumbre que presenta la inestabilidad del precio de la energía que sigue creciendo, incluso mejor que conseguir subvenciones que supongan el abaratamiento del precio de la energía para las familias con menos recurso, se apuesta por la rehabilitación energética en la edificación especialmente instalando aislamiento.
El aislamiento supone una inversión que pasa de generación en generación, minimizando el consumo energético e incluso, pudiendo junto a otras medidas convertirlo prácticamente en cero.
La importancia que está cobrando este fenómeno de la pobreza energética en nuestra sociedad, ha hecho que el comité EconómicoSocial Europeo aprobara en 2011 un dictamen sobre “la pobreza energética en el contexto de la liberación de la crisis” (Diario Oficial Europeo de 11 de febrero de 2011).